*Artículo de opinión*
CUENTA REGRESIVA: Navegando en el Titanic
Por: Joaquín Rondón.
Esta metáfora no es mía, ni es de “moda” por las costosas inmersiones. Pertenece a Edgar Morin, quien comparó hace dos décadas el curso de la humanidad con el hundimiento del Titanic. El filósofo francés advierte sobre los cuatro motores que mueven nuestra civilización actual y que nos llevan al mismo destino de los titanes navegantes y sumergibles: “Si vemos todos estos problemas, podemos decir que estamos en un Titanic planetario, con su «cuatrimotor» técnico, científico, económico y de beneficios, pero no controlado éticamente y políticamente”.
Voy a redefinir el motor “beneficios”, como el uso energético del planeta, incluyendo el talento y los limitados recursos; el abuso de la tierra nos lleva directo al “iceberg” medioambiental que advierten los ecologistas, mientras el entorno moral y espiritual trata de ser ridiculizado, cuando en verdad es la esencia de la humanidad. En las diversas redes vemos la reproducción masiva de numerosas alarmas, profetas, videntes, políticos de doble cara y hasta un “nuevo Nostradamus” que advierten al mundo sobre su próxima destrucción. Me recuerda aquel testimonio suicida dejado por un esclavo egipcio hace más de 3 mil años en el cual explicaba su “valiente cobardía” porque “las esposas engañan a sus maridos, los comerciantes alteran los pesos y los jueces son prevaricadores”. Lo mismo ocurre varios siglos después antes del renacimiento en los conventos y abadías, como lo describe Eco en El Nombre de la Rosa.
Ejemplo de esas alarmas recientes fue la difusión viral en tiktok de los supuestos efectos de la Resonancia Schumann sobre el planeta, debido al aumento en sus vibraciones, lo cual alteraría nuestras ondas cerebrales y la velocidad del tiempo en nuestra civilización, pero nada de ello es cierto, sin embargo entre la ciencia y la espiritualidad hay un trabajo colosal de las redes, la industria de la comunicación, fanáticos y políticos por entorpecer lo que realmente debe estar en las prioridades civilizatorias: la propia humanidad, la vida, la espiritualidad. En ese rumbo deben aportar de forma integral ciencia, arte, política, moral y espiritualidad como esencia humana, más allá de la religión. El desafío es la vida con el planeta, por muy atractivo que resulte marte como opción de retiro.
De modo que, desde aquella carta del esclavo egipcio, pasando por los temores de los monjes en el oscurantismo, hasta los recientes remake de Nostradamus, la humanidad parece vivir en una constante cuenta regresiva, pero en lugar de atender las capacidades y distorsiones de sus recursos y su dignidad como civilización, ponemos en primer plano la avaricia por las más exquisitas comodidades que pudiéramos mudar, rápidamente, al planeta rojo.
Este y todos los multiversos posibles, analizaremos y conversaremos cada semana desde la columna Cuenta Regresiva que se lanza, inicialmente, en el portal Notimax Plus y que nos encantará enriquecer con el aporte de todos los lectores del mundo, para lo cual les dejamos nuestras redes sociales.
Joaquín Rondón
