Cuenta Regresiva
Honor a las Brujas
Continuando con el mes de la Mujer, al escribir esta columna el Día Mundial de la Poesía, con la misma claridad con la cual comenzamos esta serie de entregas sobre una celebración que cada año se hace más rosa y sutil, mientras la realidad de la mayoría de mujeres se torna más cruel, me parece oportuno referirme a esa figura tan brutal y despiadada que se inventó el machismo religioso para tratar de negar el altísimo nivel místico, creador y sanador de las mujeres sabias, parteras, curanderas y poetas que terminaron quemadas en la hoguera sólo por hacer justo lo que María Magdalena, como tantas mujeres arameas, judías, persas, amerindias y nórdicas, han hecho por milenios: encarnar el conocimiento superior.
En su libro ´L´amante Invisibile´ Elémire Zolla, compila testimonios profundos que demuestran la enorme importancia mística, científica y sanadora de la Mujer como canal espiritual y cultural de la humanidad. Esta obra destaca el privilegio de la mujer por su conocimiento de una verdad que recibe por revelación directa del vientre, “fiel réplica de la caverna o huevo cósmico”. En palabras de Elémire, la mujer es el ser excepcional que aprende por su naturaleza lo que los hombres no pueden desarrollar instintivamente: criar a un niño y junto con esta especial capacidad, canaliza energías y conocimientos extraordinarios, manifiestos en el lenguaje, la salud, la creación, lo sublime. La investigación antropológica y teológica de Zolla nos presenta el altísimo nivel religioso de la mujer en diversas culturas, especialmente en el Shamanismo femenino, como trae a colación al inicio de su obra citando discursos del Congreso Americanista de Goteborg en 1924.
Pero el cristianismo católico y evangélico, en su empeño por imponer el machismo como dogma religioso y movido por la ambición desmedida de riqueza fácil, convenció a occidente de que las mujeres con conocimiento de la lectura, idiomas, astronomía, medicina y espiritualidad, debían ser quemadas, llegando al punto de emitir un manual para la cacería y exterminio de brujas, fundamentados en una cita, apenas una línea del Antiguo Testamento que se tradujo como una ley suprema: “no dejarás con vida a la hechicera”. Absolutamente nada del Nuevo Testamento se consideró para interpretar esta cita; no valió que fuera una virgen concebida – que ya es bastante mágico – quien trajera al Mesías, ni la indulgencia de Jesús con las mujeres condenadas, ni los roles tan importantes que jugaron Magdalena y otras mujeres durante el magisterio terrenal del Nazareno y los primeros años de la cristiandad, sino que la iglesia, los templarios, inquisidores y protestantes evangélicos asumieron como cruzada principal la quema de brujas.
Las dos razones fundamentales: imponer el machismo religioso y conseguir riqueza fácil: en los brutales, sumarísimos e inquisidores juicios contra las brujas, los acusadores se quedaban con las fortunas de las mujeres condenadas a la hoguera. Los pastores evangélicos quemaron tres veces más mujeres que los católicos y amasaron enormes fortunas inmediatas. Hoy día es posible constatar en los archivos de numerosos pueblos europeos cómo los pastores juzgaron, especialmente, a mujeres adineradas, inteligentes y con conocimientos de medicina, esto les permitía hacerse con todos los bienes confiscados. De todo esto y más hablaremos mañana en Hot Radio 100.1 FM.
Joaquín Rondón – Profesor Universitario – @cuentaregresivaenradio
