Con María Corina hasta el final | Por: Francisco Javier Aguilar

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María Corina Machado.

*Artículo de opinión*. 


CON MARIA CORINA, HASTA EL FINAL!!!

Por: Francisco Javier Aguilar Angulo.


Hoy al sentarme a escribir (sábado 24 de Junio 3:15 am), tenía claro de que iba a escribir, pero no como lo iba a escribir. Quería explicar de manera didáctica y sencilla, la manera como las convicciones se unen a las decisiones. Quería reflexionar el porqué de tantas cosas, de darle explicación lógica,  a algo tan ilógico y subjetivo, como la política y la interpretación de la historia. Los movimientos sociales, son los disparadores de los cambios culturales, o están indefectiblemente ligados a ellos. Son, a mi modesto juicio, en sí mismos, herramientas o instrumentos que generan rupturas, elementos que propician quiebres históricos, algunas veces traumáticos, otras veces, esperanzadores.


Todo el siglo XIX, la Venezuela antes de ser Venezuela, luchaba por su autodeterminación, por ser una nación y esa efervescencia de pensamiento-acción, tuvo su apalancamiento filosófico, ideológico, cultural, político e intelectual en el pensamiento liberal. Miranda, el precursor promovió las posturas del libre pensamiento ante el conservadurismo en decadencia, representado en la Contrarreforma y las razzias propiciadas por el Absolutismo español y su ejecutor, la “Non muy Sancta” Inquisición.  Se luchó y se conquistó la libertad. Logro este, que fue secuestrado por las mezquindades locales en cada región de nuestra América, atizado por los intereses de clases de las burguesías nacionalistas y los intereses continentales de los imperios en ascenso y en decadencia de aquellos tiempos.  


Así pasó todo el siglo XIX hispanoamericano. Los del norte de origen anglosajón, avanzaban inspirados en el liberalismo europeo, el puritanismo inglés, la preparación influencia de la francmasonería y la reforma protestante, vital para crear a la gran nación americana. Mientras eso ocurría, en la pequeña Venezuela, las refriegas, los golpes de estado, los gamonales regionales y el pensamiento liberal sucumbían ante la barbarie y los “caudillos montados a caballo”. El país, que aún no era país, retrocedía, se estancaba y no avanzaba.


Castro, Gómez y los gochos irrumpen y pulverizan la Venezuela de las escaramuzas, golpes de salón y caudillos locales. Nace Venezuela. Luego de 40 años, de los andinos en el Poder, “La Pax de los Gochos”, gestó al moderno Estado Venezolano, ordenó la hacienda pública y pacificó al país. Un liberal reaccionario, heredó a la fuerza, el poder de su compadre el “Cabito”. Un “Bagre”, se hizo dictador. Más tarde, transición, desarrollo de la explotación petrolera, industrialización del país, democracia, lucha de partidos, movimiento obrero, gestación de la moderna burguesía,  otro golpe, diez años más de oprobio, otra vez democracia. Impasibles en la ciudades de los techos rojos, el Mantuanaje, “los Amos del Valle miraban al país”, a decir del psiquiatra y escritor Francisco Herrera Luque, de sangre y hechura goda. 


De los Amos del Valle, de ese origen venezolano, tan venezolano como cualquiera viene María Corina. 


Hago este extenso prólogo para significar que el tema del clasismo, segregacionismo social, lucha de clases, brecha social, enfrentamiento de castas, si bien es real, el propio Herrera Luque, siempre ha destacó, la particular cosmovisión del venezolano sobre este tema, cuando al definirnos, destaca la condición de “parejeros e igualados” tan característico de la raza venezolana, una cualidad propia de nuestra idiosincrasia y que nos hace ser únicos. Nosotros, los nacidos en esta tierra, no hemos padecido, por lo menos, no lo sentí en mi generación, ese fantasma tenaz, enfermizo y mortal del clasismo, como elemento divisionista de la Patria. Ni antes, con los de aquí, ni con quienes, vinieron en las diásporas que, en mi humilde concepto, contribuyeron a formar a nuestro actual ser nacional. 


Sánchez Dragó, el intelectual y periodista español, en una tertulia con el Marqués de Tamarón, un diplomático y filólogo también español, al debatir sobre progresismo y liberalismo, definen el término “liberal reaccionario”, para combinar al pensamiento ideológico y al perverso y manido tema de la clase social, en donde el origen, el color de piel, las relaciones de amistad y hasta donde se estudia, van diseñando, lo que somos y en que nos convertimos con el tiempo.


Yo he venido observando a María Corina Machado Parisca y veo, como antes lo vi en otros políticos venezolanos, de orígenes similares al de ella, la evolución emocional, el cambio en el discurso, en las formas y posturas, que dibujan en ella, luego de bañarse de pueblo que se acrecienta a diario, una personalidad política revestida de sólidas convicciones, que revela su talante transformacional y su profundo sentido de responsabilidad,  sobre la lucha que adelanta. En nuestro pasado reciente, Venezuela, no tuvo salvo honrosas excepciones, una clase dirigencial de apellidos pomposos, altisonantes y de “ orígenes nobles”. El ejercicio de la política, estaba reservada a las clases medias emergentes o a los más desposeídos, transformados en “self made man”. Los grandes apellidos venezolanos, muy pocos se metían en política. Su lugar estaba en los negocios, los organismos empresariales, las academias, las universidades. Eran otros sus intereses. Pero, el Quiebre histórico que representa el Chavismo y su reciente “vástago”, desató un sano y decidido interés por participar, unos por una lógica y entendible defensa de patrimonio e intereses, otros por un altísimo sentido de amor a la Patria y revestido de un robusto compromiso responsable con el futuro de nuestro Pueblo. Algunos llaman a eso “conciencia de rol de las élites”  


María Corina, pertenece a la mejor tradición de la Familia Venezolana, dedicada al trabajo y a la creación, desde el estudio, la preparación, la tesonera dedicación a hacer y crear y así contribuir a hacer Patria. Eso es noble, necesario e imprescindible para que una Nación sea integral, y en eso, el capitalismo nacional, los Empresarios, los creadores e innovadores, quienes arriesgan patrimonio e invierten, son vitales para avanzar y elevar nuestras posibilidades de crecer como nación, ser mejores y más competitivos en el áspero y convulso mundo en el cual vivimos.


De esa estirpe es María Corina, la hija, la hermana, la esposa, la madre, la ingeniera, la empresaria, la política, la de Súmate, la que enfrentó con coraje al sátrapa en el hemiciclo, la de discurso duro, frontal. María Corina, la irreductible, dicen algunos, yo digo, María Corina, la de nobles propósitos, la que no se postra de hinojos ante el chantaje, la amenaza, el golpe, la zancadilla, el ataque artero, la corrupción, la maledicencia, las prácticas abusivas, entreguistas y blandengues de algunos. Ella es María Corina, la LIBERAL, condición esta, que más me entusiasma, por que coincido plenamente en esa postura ideológica. Eso renueva mi fe, en que otro destino es posible.


Vivimos momentos de Quiebre, de cambios de Paradigmas. Por eso se han desatado los demonios. Los demonios, de quienes no aceptan los cambios. Aquellos que anquilosados y atacados de añejas artritis mentales, desde sus mullidas poltronas “opositoras”, ven sucumbir su poder y mermar su capacidad de maniobra. También aquellos, quienes desde el Poder del Estado, ven como se derrumba el monstruo que crearon para asesinar a Venezuela y a Dios gracias, no lograron ejecutar la innoble misión.


Ella, María Corina, representa un nuevo rumbo, un nuevo camino para relanzar a la Patria y devolvernos a la Paz, la Reconciliación y poner esta nave con destino a Puerto Seguro. Ese es el hermoso objetivo de MCM, construir un mejor país, próspero para todos, en paz, felicidad para todos. Seguro, con respeto, estado de derecho, garantías e igualdad de oportunidades para todos.


Ella ha evolucionado. Ella enfrenta a los fantasmas y taras que nos afectan y enferman el ser social de Venezuela. Llegó su tiempo. Depongamos actitudes mezquinas, avancemos a la reconciliación del país y unamos nuestras fuerzas por un mejor país, más allá de esta tragedia que por casi un cuarto de siglo, nos ha secuestrado el presente y conculcado el futuro.


Ella, no es la Dama de Hierro. Tiene fuertes convicciones, pero no la hace irremisiblemente irreductible. Vivimos otro tiempo. Nuevos tiempos, requieren nuevos hombres, nuevas ideales, nuevos procedimientos y nuevas mujeres. Si. La mujer ha cumplido por centurias, un papel fundamental en nuestra realidad. A ellas, les debemos muchísimo. Y ellas, están bien representadas en esta mujer venezolana con valores, principios, personalidad y preparación. 


María Corina repito, no es la irreductible Dama de Hierro, es una Líder Transformacional que quiere servir a Venezuela, quiere recuperar la Patria y relanzar al País a un universo de oportunidades, paz, felicidad,  seguridad y orden.


Y disculpen que termine con eslogan: Yo voy a votar por ella!!. 


Demos el paso de la esperanza a la acción.

 

Hasta el final! Vamos por la Libertad, la democracia, la familia y Venezuela. 


Viva Venezuela!!

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